El carbón activado es un producto que se ha hecho muy popular en las redes sociales por atribuirle propiedades de “limpieza” al organismo. Se argumenta que ayuda a desintoxicar el hígado removiendo toxinas, químicos y desechos que invaden nuestro cuerpo, pero ¿qué tan cierto es esto? ¿se puede tomar sin supervisión o dosis establecidas?

El carbón activado se ha utilizado como una forma de descontaminación gástrica, debido a que previene la absorción de agentes tóxicos en el tracto gastrointestinal y disminuye el ingreso al sistema de fármacos y toxinas1. Este producto se indica generalmente como tratamiento de intoxicaciones por sobredosis de medicamentos o después de haber ingerido productos tóxicos. También, se suele indicar en el tratamiento de procesos diarreicos y alivio de gases estomacales (2).  Sin embargo, se han observado algunos efectos secundarios de su uso como: náuseas, vómitos, estreñimiento, coloración negra de las heces y dolor de cabeza2.

El carbón activado tiene su efecto a nivel tracto gastrointestinal y por lo tanto no interactúa o desintoxica al hígado o algún otro órgano en ningún momento. La dosis utilizada en caso de intoxicación o flatulencia depende de variables como la fórmula del carbón, la sustancia ingerida o el problema a solucionar1. Por lo que es importante que no lo tomes a la ligera y siempre te asesores con un experto del tema.

Referencias:

  1. Lapus R. Activated charcoal for pediatric poisonings: the universal antidote?. Therapeutics and toxicology. 2007; 19:216-222.
  2. Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría. Carbón Activado. Pediamécum. 2015.