Un mito muy común que encontramos en el consultorio y en el día a día es acerca de las famosas mieles y azúcares orgánicas; hoy en día vamos al super, cafeterías y restaurantes y nos ofrecen como opción más “saludable” la miel de abeja, de agave, azúcar de coco y mascabado, y podemos llegar a pensar que estamos optando por la opción más saludable. La realidad, es que todos estos productos son diferentes formas de azúcar, contienen las mismas calorías y nos aportan la misma cantidad de hidratos de carbono. Si no nos crees, checa los siguientes datos:
Miel de abeja: es un producto elaborado por las abejas a partir del polen de las flores. Se compone principalmente (77%) de un tipo de azúcar llamado fructosa. El resto de su composición varía según el tipo de flores que las abejas utilicen pudiendo existir hasta 12 a 13 tipos de azúcares en la miel. También contiene algunos minerales como potasio, sodio, calcio, magnesio, azufre, cobre y zinc en cantidades muy pequeñas.
Miel de agave: Se compone 76.4% de azúcares, predominando la fructosa, se obtiene del agave y se ha puesto mucho de moda porque se dice que es más saludable que el azúcar de mesa, en las tiendas se ofrece mucho más cara y ahora se utiliza para endulzar barras de cereal y bebidas. A fin de cuentas, la miel de agave no es más saludable ni mejor para salud que el azúcar o las mieles.
Azúcar de coco: A diferencia de la mayoría de las mieles, el azúcar de coco se compone en 80% de sacarosa; es decir de azúcar de mesa. Contiene en mínimas cantidades (menos del 2%) calcio, zinc, hierro y potasio; su sabor es parecido al del azúcar morena y contiene las mismas calorías que cualquier tipo de mieles o azúcares. El azúcar de coco se ha vuelto muy popular y al igual que las otras mieles y azúcares que hemos revisado, no es ninguna maravilla; al contrario, es mucho más cara que el azúcar de mesa.
Azúcar mascabado o morena: Se extrae de la caña de azúcar, se deja evaporar hasta quedar el residuo. Éste contiene cantidades mínimas de potasio, magnesio, hierro y calcio, sin embargo éstas no son significativas como para cubrir requerimientos nutricionales. A pesar de su color marrón, éste tipo de azúcar no tiene fibra, es decir, es muy parecido al refinado.
Como puedes ver, aunque cada miel o azúcar proviene de una fuente distinta, contienen distintas vitaminas o minerales, el sabor, color y forma pueden variar, todas nos aportan la misma cantidad de hidratos de carbono.