Si realizas ejercicio físico o algún deporte, seguramente has experimentado cansancio al grado de que no te puedes ni levantar de la cama para ir a entrenar. Aunque no lo creas, ésta sensación de fatiga es muy común y puede deberse a varios factores como el aumento de la carga del entrenamiento, el aumento de la intensidad, la falta de descanso y hábitos de alimentación inadecuados.
Pero, alguna vez te has preguntado: ¿qué es en realidad la fatiga?. Para empezar, debes saber que existen dos tipos de fatiga: la central y la periférica.
La fatiga central se presenta cuando las señales del cerebro no llegan al músculo de forma apropiada afectando la eficiencia tanto física como mental. Es cuando durante un entrenamiento muy prolongado, comienzas a sentir que estás haciendo más esfuerzo de lo normal, estás aletargado, te empiezas a sentir muy cansado, de mal humor, y pierdes la motivación para continuar tu actividad.
En la fatiga periférica, el músculo es incapaz de realizar su trabajo debido a un exceso de entrenamiento previo. Es cuando te empiezas a sentir muy débil y sientes que a tu músculo “se le va la fuerza” y por más que quieres, no puedes terminar tus repeticiones o ejercicios como deberías. Esto puede suceder por un bajo aporte de energía y un desbalance de agua y electrolitos, así como por la duración e intensidad del ejercicio, el grado de entrenamiento, descanso y recuperación.
Específicamente, la baja ingesta de hidratos de carbono se relaciona con la presencia de fatiga. Esto se debe a que éste macronutrimento ayuda a mantener las reservas necesarias de energía para ser utilizadas durante el entrenamiento tanto por los músculos como por el cerebro. Por lo tanto, su consumo antes, durante y después del entrenamiento es fundamental para mantener un flujo de energía constante y recuperarnos de manera adecuada. Por su parte, la hidratación, mantiene al cerebro concentrado, en estado de alerta y sin fatiga.
¡OJO! Cuando se presenta cualquier tipo de fatiga, el riesgo de lesionarte aumenta y tú rendimiento disminuye. Es por esto que es importante que aprendas a identificar todas estas sensaciones para prevenir cualquier incidente que afecte tu desempeño físico.
Como puedes ver, tu alimentación; así como la forma de hidratarte influye en la presencia de fatiga, por lo que, te invitamos a que vuelvas a visitar nuestros posts de hidratación e hidratos de carbono, para que recuerdes cómo debes cuidar tu alimentación e hidratación cuando entrenas.
Referencias:
Arce Rodríguez Enrique. 2015. Mecanismos Fisiológicos de la fatiga neuromuscular. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica, 72 (615), 461-464.
Sports Dietitians Australia. 2017. Fighting Fatigue. Recuperado de: https://www.sportsdietitians.com.au/courses-events/